En Perú, el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) informó que investiga más de 800 casos de supuesta publicidad medioambiental engañosa que, de confirmarse que hubo violación a las normas recopiladas en el Proyecto de Guía sobre Publicidad Medioambiental (cuya propuesta fue publicada el 20 de abril), podrían acarrear a los infractores amonestaciones o multas por hasta 700 UIT, cerca de 950.000 de dólares.
La Secretaría Técnica de la Comisión de Fiscalización de la Competencia Desleal (CCD) es la entidad que lleva a cabo la investigación, esta división busca determinar si la publicidad audiovisual diseñada para productos de cuidado personal, alimentos y limpieza, entre otros, que usan las palabras sostenible, biodegradable y ecológico, aparte de otras típicas de la llamada “publicidad verde”, son engañosas.
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La publicidad engañosa tiene infracción dispuesta en la Ley de Represión de la Competencia Desleal (D.L. N°1044), que pertenece al Marco Normativo de Competencia Desleal, diseñado para reprimir todo acto o conducta “que tenga por efecto, real o potencial, afectar o impedir el adecuado funcionamiento del proceso competitivo”.
Esta ley especifica, en su octavo artículo, que los actos de engaño (en los que estarían incurriendo algunos o todos los investigados) son aquellos que realizan actos que induzcan a error sobre la naturaleza, modo de fabricación, características, precio y condiciones de venta de los bienes mercadeados, además de engañar sobre sus atributos y difundir publicidad testimonial no sustentada en experiencias auténticas. A esto se añade también que los llamados “actos de confusión” pueden materializarse mediante el uso indebido de bienes protegidos por las normas de propiedad intelectual.
Para evitar la competencia desleal en el contexto de la publicidad verde, la secretaría de la CCD hizo público el Proyecto de Guía para controlar el greenwashing y evitar las prácticas publicitarias que difundan mensajes incorrectos sobre el impacto positivo en el medio ambiente de productos y servicios ofertados dentro del país. El documento se divide en cuatro secciones: la primera describe la metodología de redacción; la segunda define la publicidad de naturaleza medioambiental, y cómo el greenwashing afecta a los consumidores; la tercera explica el marco regulatorio publicitario en contra del greenwashing en el Perú; y la cuarta hace una serie de recomendaciones a los anunciantes para las buenas prácticas.
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La guía fue ajustada por el Instituto con los comentarios de asociaciones de consumidores que se reunieron a principios de año con la CCD, para evitar el uso engañoso de palabras como sostenible, biodegradable y ecológico, asimismo, este proyecto también recibirá comentarios de los anunciantes y público en general hasta alcanzar su forma final.
Por ahora, el documento recomienda que los anunciantes ajusten sus mensajes a datos verificables, contar con las pruebas que acrediten la información que muestran en los anuncios; evitar afirmaciones vagas, ambiguas y amplias sobre los supuestos beneficios ecológicos de los productos y servicios; ser transparentes y resaltar las características del producto que lo hacen realmente sostenibles, y competir lealmente haciendo referencias inequívocas a la oferta propia y la de los competidores para presentar con honestidad las ventajas del propio producto o servicio.
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